domingo, 3 de octubre de 2010

Glifosato: ¿bueno o malo?

Por Lic. Liliana Rithner*

El glifosato, una molécula orgánica en la que interviene un compuesto fosforado y un aminoácido, resultó exitosa en asociación con procesos biotecnológicos de modificación genética.
Un boom comercial que permite que hoy la Argentina tenga la expectativa de exportar 52,7 millones de toneladas de soja, (2010-2011, Reuters, Argentina), con el consecuente incremento en el producto bruto interno.
Si el dato es exacto, 18,2 millones de hectáreas sembradas habrán llevado no menos de 182 millones de litros de herbicida, que contendrían según marca y producto, 87360 kg de principio activo, (480 mg por metro cuadrado).
El herbicida permitió incorporar al negocio agrario a muchos neófitos, destacándose la formación de consorcios de productores que simplificaron procesos de siembra y tratamiento de malezas, disminuyendo costos.
En el imaginario popular, esta nueva tecnología se asocia con mayor producción, mayor seguridad de cosechas y menores costos relativos.
Es una asociación lineal de pensamientos. En la otra cara del problema está el ecosistema que no admite aproximaciones lineales. Es esencialmente complejo, porque el entramado de relaciones es inmenso y poco conocido.
En la era de estos espectaculares avances científicos como son los transgénicos y el paquete tecnológico: “cultivares resistentes al glifosato-glifosato”, el ecosistema y el impacto que causa el herbicida en nuestro ambiente es poco conocido. Cabe recordar que dentro del ecosistema estamos nosotros, humanos, inmersos y dependientes de la trama de relaciones entre diversos organismos y su ambiente.
Otro aspecto crítico del entendimiento del ecosistema que nos incluye, es que para estudiar los impactos no basta una mirada instantánea que de cuenta del estado, sino que hace falta seguir estudios por largos años y en múltiples disciplinas.
Los científicos, médicos y pobladores que viven en las zonas de fumigación están argumentando en base a las experiencias que comienzan a acumular y hace pocas semanas se realizó el encuentro de Médicos de Pueblos Fumigados y peticionaron ante la Presidencia de la Nación “la prohibición de las fumigaciones”.
¿Qué herramientas tenemos para entender si el glifosato será acusado como elemento indeseable para el desarrollo saludable de nuestras comunidades o, por el contrario lo salvaremos de sus detractores para ponerlo junto a los mejores adelantos científicos?
Es sabido que difícilmente los criterios serán unánimes y que los intereses corporativos son muy poderosos a la hora de tomar una decisión.
En esta nota, analizaremos los diferentes estudios científicos desarrollados en universidades y reconocidas instituciones científicas.

Toxicidad del Glifosato

El glifosato no es carente de toxicidad. Su clasificación como categoría IV (Resolución 350/99 del SENASA, hoja de seguridad del Round up), no significa que sea totalmente inocuo, sino que no se encuentran evidencias de toxicidad aguda. La EPA lo registra con toxicidad de nivel III, pero algunos compuestos que contienen glifosato son de toxicidad aguda (Clase II y I). Para ilustrar brevemente sobre los cuestionamientos a la toxicidad de glifosato, sus compuestos comerciales que tienen agregados y sus derivados metabólicos, comento a continuación solo unos pocos trabajos científicos, disponibles en la red.
COMENTARIO: En este trabajo fundamental de la Organización Mundial de la Salud del año 1994, ya era conocido que había una susceptibilidad mayor en personas mayores de 40 años y que según la formulación acompañante del glifosato, hay acumulación y residuos en el medio. Es interesante destacar que el popular Round up, contiene sal de propilamina y que la mayoría de los trabajos de referencia de este estudio pionero están realizados por MONSANTO.
COMENTARIO: El glifosato afecta la estructura biológica de los cuerpos de agua. Este estudio es consistente con otros que mencionan el efecto eutroficador del glifosato en aguas. La eutroficación es un proceso de pérdida de riqueza biológica del cuerpo de agua, con turbidez y mal olor. Las aplicaciones aéreas no pueden discriminar ni saltear territorios. Muchas aplicaciones se hacen sobre cuerpos de agua, además las escorrentías arrastran partículas de sedimentos del suelo en los que está presente el glifosato intacto, que luego sera liberado en aguas.
COMENTARIO: Estudio realizado por científicos de Brasil, avalan la sospecha de que los productos comerciales que contienen el principio activo glifosato, son más tóxicos que la sustancia pura. Cabe mencionar que los efectos de selección genética sobre poblaciones de malezas y el traspaso de genes de resistencia, obligan a usar formulaciones comerciales de mayor poder herbicida.
En las conclusiones del informe: “Se sugiere que el mecanismo de acción del glifosato no se limita únicamente a las plantas sino que puede alterar la estructura del ADN en otros tipos de células como son las de los mamíferos”.
COMENTARIO: En este estudio de científicos de Colombia contradicen los enunciados de EPA y WHO en el sentido de la ausencia de toxicidad para el ADN de mamíferos.
1.e. EVALUACIÓN DE LA INFORMACIÓN CIENTÍFICA VINCULADA AL GLIFOSATO EN SU INCIDENCIA SOBRE LA SALUD HUMANA Y EL AMBIENTE. CONICET, Argentina 2009.
COMENTARIO: Médicos prestigiosos argentinos han denunciado problemas nerviosos consiguientes a la exposición dérmica al glifosato.
Hasta aquí se enuncian algunos estudios científicos donde se demuestran los riesgos de la aplicación del Glifosato.
Por otro lado, también existen varios aspectos que requieren la aplicación del principio precautorio de la ley Nacional Nº 25672 (Ley General del Ambiente)
Son los siguientes:
• La adaptabilidad natural de la comunidad de malezas requiere cada vez dosis mayores para un rendimiento aceptable.
• La popularidad del paquete tecnológico, sumada a una publicidad que promociona la inocuidad, hace que la gente use el herbicida para usos domésticos, en condiciones domésticas (sin protecciones). (Véase los problemas ocasionados por su uso en desmalezamiento de corredores del ferrocarril)
• No hay una cultura del cuidado de la salud de la población ni de los trabajadores directamente relacionados con el uso del glifosato.
• El saber campesino está indicando anormalidades en la abundancia y diversidad de aves.
• Hay registros de muerte de abejas en colmenares coincidentes con las fumigaciones.
• Hay evidencias médicas de malformaciones congénitas relativas al sistema nervioso en números estadísticamente anormales en zonas de alta fumigación con herbicidas.
• Hay evidencias científicas de la permanencia del glifosato en el suelo (no degradabilidad) por formación de complejos en suelos.
• Hay evidencias científicas de su función como desrregulador hormonal.
• El glifosato ha sido estudiado por sus efectos indirectos y es aquí donde numerosa literatura científica indica insoslayables impactos indirectos y de largo plazo. Incluso hay indicios de sinergias tóxicas relacionadas con los acompañantes químicos de las formulaciones más recientes del glifosato y con las sucesivas aplicaciones de diferentes pesticidas, por ejemplo glifosato/cipermetrinas.
¿Qué pasaría si nuestro país pone en valor al exportar, la huella de agua de su producto, y el hecho de ser uno de los pocos países con disponibilidad de agua y disponibilidad de tierras de secano en abundancia? 
Propuestas
Resulta indispensable en el marco del ordenamiento territorial que lleva a cabo la política nacional, un mapeo de condiciones de suelo y relieve en función de la protección de la contaminación de suelos y de aguas. Tenemos la infraestructura científica y técnica para determinar zonas de aplicación tolerable en función de las características de pH, textura y estructura del suelo, con una distancia prudencial a cuerpos de agua (subterráneos y superficiales) y con una adecuada pendiente que evite escorrentías inconvenientes.
Resulta de urgencia la continuación de los trabajos comenzados por médicos científicos en relación a consecuencias sobre el sistema nervioso y hormonal.
Asimismo se requiere, ya en todos los órdenes de la toxicología de alimentos, tener estudios reales de las ingestas diarias por alimentos y bebidas, con respecto a las ingestas diarias admitidas de residuos tóxicos.
Resulta de suma importancia y necesidad la capacitación “in situ” de los trabajadores rurales, conocimientos sobre concentraciones, dosis de aplicación finales, uso de las protecciones de ojos, dérmicas y respiratorias, manipulación y almacenamiento.
Se requiere la prohibición de fumigaciones por su carácter indiscriminatorio.
Reflexiones
Por último dejo a consideración de los lectores la reflexión sobre el ciclo de auge y decadencia de las diferentes sustancias químicas sintetizadas para destino comercial, puesto que son aprobadas con una escasa y direccionada investigación científica, siendo entonces la comunidad viva que nos incluye y nos tiene por actores principales, la que aporta la evidencia de su funcionamiento y toxicidad, para luego, una vez alcanzado el umbral que imposibilita su continuidad en el mercado, ser reemplazadas por otra sustancia química, urgentemente aprobada y probada otra vez sobre nuestras vidas y ambiente.
A manera de conclusión también propongo que analicemos seriamente en qué planos se ubican los beneficios y en qué plano los costos del uso de herbicidas de fumigación aérea: los beneficios son económicos y pertenecen al mundo del mercado y los costos son en capital natural, la riqueza en que se basa cualquier economía sostenible, y en salud de la población, que genera costos sociales, costos políticos y costos adicionales a los sistemas de salud públicos.
Los beneficios resultan entonces corporativos y los costos públicos.
Ya, para concluir esta exposición, propongo a los lectores que imaginemos un país que pone en valor su posición estratégica como productor de alimentos…entonces…

¿Qué pasaría si se promocionara con mucha mayor decisión política la agricultura de secano ORGÁNICA, climáticamente, ambientalmente y éticamente más beneficiosa y con mejores precios internacionales? 

*Bióloga - Especialista en Ciencias Químicas y Ambiente
  Extraído del sitio web de MAPO

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