Por Dr. Gustavo Ramírez*
Vivimos en un mundo que en poco más de un siglo ha llevado hasta el límite de su agotamiento los enormes depósitos de combustible fósil creados por la tierra a través de miles de millones de años. En lenguaje financiero (hablando en plata), hemos estado viviendo del consumo de capital global de una manera desenfrenada que llevaría cualquier negocio a la bancarrota. En un escenario descendente de energía se hace clave el rediseño de los sistemas de producción y consumo, reduciendo y prescindiendo de las energías tradicionales.